La administración tiene la intención de entregar estas armas para la defensa personal «a los más de 1.500 efectivos que trabajan en toda la red del suburbano».
La Comunidad de Madrid ha anunciado este domingo que dotará de «espráis de defensa personal» a los vigilantes de seguridad que operan en los 13 depósitos y cocheras de Metro, con el objetivo de «repeler a los agresores ante posibles actos vandálicos» y «sin suponer en ningún caso un riesgo potencial para terceros». El Ejecutivo regional asegura que se trata de una medida «disuasoria», cuyo despliegue se plantea inicialmente como experiencia piloto, con la intención de extenderla «a los más de 1.500 efectivos que trabajan en toda la red» en futuras renovaciones de contrato.
El producto, según detalla la Comunidad, sería un dispositivo de defensa en formato gel, en lugar de aerosol, lo que, afirman, «posibilita que no produzca efectos secundarios en las personas». Esta afirmación contrasta con lo descrito por la literatura médica y la normativa de homologación en España ya que la sustancia activa de estos sprays —la oleorresina de capsicum (OC), derivada de la capsaicina— puede provocar irritación cutánea, lagrimeo, tos, disnea y ceguera temporal, según estudios clínicos recogidos en publicaciones como Emergencias (Hospital Clínic de Barcelona, 2016) y bases científicas como PubMed.
El uso de este tipo de armas de defensa personal en España no depende exclusivamente de una decisión regional o empresarial, sino que está sujeto a normativa estatal estricta. Concretamente, el artículo 26 de la Orden INT/318/2011, que regula los medios de defensa autorizados para vigilantes de seguridad privada, solo permite portar defensas semirrígidas y grilletes, salvo que exista autorización expresa de la Dirección General de la Policía. Esa autorización debe estar basada en una solicitud formal de la empresa contratista y en un informe que garantice la adecuación del dispositivo al Reglamento de Armas modificado por Real Decreto en 2020.
Además, los popularmente conocidos como sprays de pimienta deben estar previamente homologados por el Ministerio de Sanidad, que evalúa su composición, toxicidad e impacto en la salud a través de estudios toxicológicos exigidos legalmente. En el listado público de sprays homologados por Sanidad, apenas hay unos pocos productos autorizados para uso civil, todos ellos con base de oleorresina de capsicum.
En este sentido, la Comunidad asegura que «la compañía metropolitana está trabajando con la empresa adjudicataria» para supervisar que el producto cumpla con los requisitos exigidos para obtener la autorización correspondiente. Además, indica que, una vez superado el proceso, «los trabajadores recibirán una formación específica sobre el uso de este nuevo medio de protección».
La medida no es nueva en el contexto nacional. En Barcelona, los vigilantes del suburbano empezaron a utilizar sprays en gel balístico el pasado 31 de enero, tras la aprobación del Ayuntamiento y de los Mossos d'Esquadra. La decisión política, que recibió fuertes críticas de organismos defensores de Derechos Humanos como Iridia por haberse tomado "sin valorar sus efectos sobre la salud o los derechos fundamentales" de los usuarios de metro, se produjo tras la agresión que dejó tuerto a un trabajador en la estación de Poblenou.
En Madrid, el anuncio del domingo confirma públicamente una decisión ya anticipada internamente días atrás. El pasado 24 de abril, la Comunidad de Madrid respondió a al Sindicato de Trabajadores de Seguridad y Servicios reconociendo que los sprays en gel ya estaban incluidos en los pliegos del contrato de vigilancia de depósitos vigente desde noviembre de 2024, y que Metro estaba «en fase de preparación del despliegue» de estas armas no letales que «servirá de ejemplo para la incorporación de los espráis homologados en los próximos contratos de vigilancia de la red».
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