La Inspección de Trabajo inicia 4.000 actuaciones para verificar que las empresas cumplen con medidas de prevención ante la ola de calor
La Inspección de Trabajo ha iniciado cerca de 4.000 órdenes de servicio para comprobar que las empresas cumplen con las medidas de prevención establecidas por el Gobierno para preservar la salud de los trabajadores ante temperaturas extremas.
Fuentes del Ministerio de Trabajo han explicado a EFE que previamente se habían enviado 102.000 cartas a empresas que realizan su actividad en el exterior para advertirles de las medidas adicionales adoptadas en Consejo de Ministros el pasado 11 de mayo para proteger a sus empleados durante las olas de calor.
En un decreto ley con medidas urgentes para paliar los efectos de la sequía, el Gobierno incluyó la obligación de que las empresas prevean la prohibición de desarrollar determinadas tareas en algunas horas cuando haya alerta naranja o alerta roja por altas temperaturas emitida por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
El Ministerio de Trabajo recuerda que el Gobierno no es quien aplica esta eventual prohibición, que afecta a todos los trabajos al aire libre y en lugares que no puedan quedar cerrados, sino que son las empresas las que tienen que tenerla prevista en sus planes de prevención, cuyo cumplimiento vigilará la Inspección de Trabajo a través de sus actuaciones.
La norma cita expresamente algunos trabajos como los desarrollados en medios de transporte, obras de construcción temporales o móviles, industrias de extracción, buques de pesca o campos de cultivo, bosques y otros terrenos que formen parte de una empresa o centro de trabajo agrícola o forestal.
LOS SINDICATOS VALORAN LAS MEDIDAS
«Vemos una mayor sensibilidad», asegura en declaraciones a EFE el secretario confederal de Salud Laboral de CCOO, Mariano Sanz, quien indica que en sectores como la construcción, donde las implicaciones del calor ya venían recogidas en el convenio colectivo, se adecuan los horarios de trabajo a las condiciones meteorológicas.
Además, asegura que esa mayor sensibilidad está teniendo impacto en otros ámbitos como la industria o los sectores vinculados con las energías renovables, ya que, aunque el decreto del Gobierno cita los trabajos al aire libre, las actividad en naves industriales con alta exigencia física también están expuestas a golpes de calor.
Con todo, señala que la normativa, en cuanto a la prohibición de trabajar por alerta roja de calor, «es un poco laxa», razón por la que los sindicatos están tratando que en aquellos centros de trabajo donde no se pueda controlar el riesgo de calor, o donde ya se hayan tomado todas las medidas posibles, «se intenten buscar procedimiento de impidan el trabajo» en las horas más calurosas.
«Lo que se hace fundamentalmente es modificar horario de trabajo para evitar horario de máximo sol», resume Sanz, e indica que los «procesos de adaptación» son fundamentales para afrontar los efectos del cambio climático.
Por su parte, la secretaria de Salud Laboral de UGT, Ana García de la Torre, en declaraciones a los medios ha exigido «que las empresas cumplan con lo dispuesto en el real decreto», para lo que considera fundamental «que cumplan con la normativa en prevención de riesgo laborales».
En este sentido, ha reclamado que, si tras tomar las «medidas preventivas oportunas» sigue sin poderse garantizar la salud y seguridad de las personas trabajadoras, «hay que adaptar las condiciones de trabajo, incluyendo la reducción o modificación» de la jornada.
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