08 octubre

El futuro convenio de seguridad privada: así encara FeSMC-UGT la negociación

El secretario estatal de FeSMC-UGT, sindicato con mayor representatividad en la mesa, detalla a 'Escudo Digital' cuáles son sus principales demandas y prioridades.


El sector de la seguridad privada en España se prepara para afrontar uno de sus momentos más decisivos de los últimos años. El pasado 23 de septiembre se constituyó la mesa negociadora del próximo Convenio Colectivo Estatal de Seguridad Privada, que regulará las condiciones laborales de más de 80.000 profesionales en el territorio nacional.

La mesa está integrada por las patronales APROSER (70% de representatividad y 11 puestos), ASECOPS (15% y 2 puestos) y FES (15% y 2 puestos), así como por las organizaciones sindicales Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT (42,41% y 6 puestos), Comisiones Obreras del Hábitat (30,22% y 4 puestos), FTSP-USO (23,71% y 3 puestos), CIG (1,94% y 1 puesto) y ELA (1,72% y 1 puesto).

El ámbito de esta negociación colectiva es estatal para todas las partes, salvo en el caso de CIG y ELA, cuya participación se circunscribe a sus marcos de representación en Galicia y el País Vasco, respectivamente.

Con el propósito de arrojar luz sobre las prioridades y retos que marcarán esta negociación, hemos conversado con Diego Giráldez, responsable estatal de seguridad privada en FeSMC-UGT, el sindicato con mayor representatividad en la mesa, así como con Jorge Salgueiro, fundador y presidente de AECRA, y asesor jurídico con experiencia en anteriores procesos negociadores en los que ha participado invitado por APROSER.  

También nos hemos puesto en contacto con APROSER, la organización empresarial con mayor peso en la mesa, pero ha declinado hacer declaraciones a la espera de la evolución de las conversaciones.

Este primer artículo lo centraremos en la visión de FeSMC-UGT. El eje de su propuesta son los incrementos salariales, acompañados de mejoras en las condiciones laborales y de medidas de "anticipación al cambio", un enfoque alineado con las directrices europeas que busca preparar al sector frente a transformaciones, en especial las vinculadas a la digitalización y la tecnología.

Subida salarial del 16%, aún insuficiente

Para Diego Giráldez, el convenio actual, vigente hasta el 31 de diciembre de 2026, marca un punto de partida relevante: ha supuesto un incremento salarial acumulado del 16% en cuatro años, con una cláusula de revisión del 2% para proteger el poder adquisitivo frente a la inflación. "Fuimos capaces de situar un incremento salarial de un 16% en un momento extremadamente complicado, donde la inflación estaba disparada. Con ello garantizamos que el poder adquisitivo de 80.000 familias iba a estar por encima del IPC", afirma.

No obstante, el sindicato sostiene que esa subida no es suficiente. "Pese al 16% logrado, la seguridad privada sigue siendo uno de los empleos con salarios bajos y entendemos que necesita seguir impulsando aumentos salariales importantes, siempre por encima del IPC y con una cláusula de revisión salarial".

Reducción de jornada, permisos y pluses

Junto a la cuestión salarial, FeSMC-UGT pondrá sobre la mesa la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales, una propuesta rechazada recientemente por el Congreso que contaba con el respaldo del sindicato. "Nosotros queremos seguir hablando de la reducción de jornada en el Convenio", señala Giráldez.

Otras pretensiones en las condiciones laborales pasan por mejorar los permisos retribuidos y aumentar los pluses de nocturnidad, festividad, penosidad y de residencia en Ceuta y Melilla, congelado desde hace años. "Estamos ante un sector que trabaja cuando los demás descansan. Y eso genera muchos problemas de conciliación de la vida laboral y familiar", advierte Giráldez.

Contrato de relevo y salida digna

El sindicato también quiere impulsar el contrato de relevo, que considera esencial para facilitar la jubilación anticipada y abrir nuevas oportunidades de empleo. "Es determinante en un sector cuya media de edad es de 54 años. Queremos que los trabajadores puedan jubilarse anticipadamente a los 63 años y que esas plazas se cubran con contratos indefinidos por otras personas que accedan al mercado laboral. Los vigilantes merecen una salida digna de la profesión", reivindica.

Anticipación al cambio: preparar al sector ante la tecnología

Según Giráldez, "todos estos puntos constituyen la parte troncal de nuestras reclamaciones", aunque FeSMC-UGT también apunta a otros asuntos que considera prioritarios, pero exceden la negociación colectiva. "Son temas que también repercuten en la vida y en las condiciones de los vigilantes de seguridad".

Entre ellos destaca su apuesta por la "anticipación al cambio", con la que la organización busca preparar al sector ante la transformación tecnológica que ya está en marcha. "Nos encontramos ante un modelo que avanza cada vez con más claridad hacia la implantación de la tecnología. Este tema ya lo estamos tratando en Europa en una mesa especifica, pero también debe abordarse en España desde el dialogo social, porque esta transición tecnológica va a demandar otros perfiles profesionales en el medio y largo plazo", advierte Giráldez.

Para afrontar ese reto, el sindicato considera clave fortalecer la formación profesional reglada como vía de acceso a la profesión y herramienta para preparar al sector ante nuevas competencias.

Revisar el redactado y reforzar la protección jurídica

Otro de los objetivos de FeSMC-UGT es mejorar el propio texto del convenio. "El redactado actual nos somete a judicializaciones continuas", denuncia Giráldez. En este sentido, el sindicato va a trasladar propuestas para su revisión, adaptándolo a un lenguaje más claro e inclusivo e incorporando los avances logrados en materia de igualdad y diversidad.

A estas cuestiones se suman otras de carácter estructural, como la exigencia de un nuevo Reglamento de Seguridad Privada que refuerce la protección jurídica y la autoprotección del personal, así como la aplicación de coeficientes reductores que reconozcan la dureza de la profesión y permitan adelantar la edad de jubilación.

Reforma de la Ley de Contratos Públicos y recado a la Administración

La organización también reclama una reforma de la Ley de Contratos Públicos, denunciando que en las licitaciones siguen primando las ofertas más baratas, lo que termina degradando las condiciones de los vigilantes. El mensaje también va dirigido a las administraciones, a las que insta a asumir su responsabilidad y a reconocer la importancia del sector de la seguridad privada, que desempeña una labor esencial junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

"Hoy en día los vigilantes son, en muchos casos, el primer contacto con la ciudadanía en el metro, en un centro comercial o en edificios estratégicos. Las administraciones tienen que dar un vuelvo a esos contratos, no pueden seguir contratando servicios basándose únicamente en el coste, si valorar la calidad", recalca Giráldez.

Un sector con problemas de atractivo

FeSMC-UGT alerta de que la profesión ha perdido atractivo, pese a que el 95% de los contratos son indefinidos. Entre las causas señalan la elevada rotación, los bajos salarios, la falta de conciliación e incluso la propia imagen social de la actividad. "Las acreditaciones para trabajar como vigilante pueden superar las 100.000, pero el número real de profesionales en activo es mucho menor porque muchos abandonan la profesión ante la precariedad de las condiciones", indica el representante sindical.

Ante este escenario, reclaman un cambio de rumbo que no solo implique a la Administración, sino también a la patronal. "La patronal tiene que dejar de concebir el negocio como en los últimos 20 años y dar un paso hacia la mejora de las condiciones laborales".

Un diálogo de meses que ahora debe convertirse en un convenio

Giráldez recuerda que el diálogo con empresas y sindicatos no empieza desde cero. "Dentro del Observatorio de Seguridad Privada llevamos meses trabajando con sindicatos y empresas sobre contratación pública, jubilación anticipada, reglamento de seguridad, formación profesional o anticipación al cambio. En algunas cosas estamos más de acuerdo y en otras menos, pero el diálogo social es permanente", explica.

Ahora, añade, el reto es que esas conversaciones cristalicen en compromisos firmes en la mesa de convenio. "Tenemos margen de tiempo, pero no queremos que el proceso se dilate demasiado. Si la patronal viene dispuesta a mejorar las condiciones, abordaremos la negociación. Y si no, haremos lo que hemos venido haciendo en los últimos años: movilizar al colectivo", avisa.

Por último, en cuanto a la vigencia del próximo convenio, FeSMC-UGT rechaza que sea de corta duración. "Nuestra intención sería negociar un convenio de tres o cuatro años, no estar renegociando cada ejercicio, lo que genera mucha incertidumbre para las plantillas", argumenta Giráldez. Eso sí, advierte que la duración del convenio dependerá "de los logros que se puedan plasmar en él".

El desenlace de esta negociación marcará el futuro inmediato de un sector en el que sindicatos y patronal dialogan desde hace tiempo, aunque todavía está por ver si son capaces de alcanzar un acuerdo que se traduzca en mejoras reales para los trabajadores.

Este reportaje es el primero de una serie que analizará las distintas visiones en torno al convenio y, en la medida de lo posible, los avances que se produzcan en la mesa. El pasado viernes, 3 de octubre, tuvo lugar la segunda reunión, que Giráldez resume como "una primera toma de contacto, más una declaración de intenciones que un debate en profundidad". En la próxima entrega recogeremos la visión de Jorge Salgueiro (AECRA), que interpreta el nuevo convenio desde una perspectiva profesional marcada por la transformación digital, el cumplimiento normativo y la responsabilidad de la Administración.


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